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Artículos de opinión

Proyecto Soldados-Yanuncay

  Por: Juan Morales Ordóñez -

El cantón y la ciudad de Cuenca tienen características que las identifican con claridad pese a que, en el caso del cantón, incluso para nosotros los ciudadanos de esta parte del país no sea tan evidente el hecho de que en este territorio se encuentran diversas regiones climáticas, algunas de las cuales hacia el oeste colindan con las cálidas de la Costa, específicamente con las de la provincia del Guayas. La ciudad de Cuenca, por otro lado, se encuentra en un escenario ambiental marcado por el Parque Nacional Cajas, ubicado tan solo a veinte minutos de la urbe, en el cual están más de doscientas cincuenta lagunas naturales que permiten la vida de la ciudad, de sus habitantes y de su medio ambiente natural.

El agua para Cuenca forma parte de su patrimonio natural y también cultural porque estamos profundamente unidos a ella por todo lo que representa en la cotidianidad comarcana. Los cuatro ríos que atraviesan la ciudad y la definen en su carácter e identidad nos enorgullecen, no por su grandilocuencia ambiental o la espectacularidad de sus torrentes, sino más bien por su fuerza vital sencilla pero poderosa porque es imprescindible. La cuencanidad no puede entenderse sin el sonido del agua cristalina de sus ríos en sus cauces pedregosos, que hasta ha posibilitado que desde ahí intentemos una explicación del porqué de la particular entonación del hablar lugareño.

¡No saben leer ni escribir!

  Por: Juan Morales Ordóñez -

En el escenario de la política ecuatoriana uno de sus protagonistas pronunció esta frase para calificar a algunos de sus colegas asambleístas, atribuyéndoles esa lamentable característica, probablemente cierta no solamente para los anatemizados sino también para la gran mayoría de ecuatorianos.

En la acción de pensar confluyen una serie de elementos de toda índole: empíricos, producto de la experiencia; teóricos, que son el resultado de procesos de descripción objetiva de las circunstancias; doctrinarios, que representan el pensamiento de intelectuales respecto a cómo debería ser la vida; filosóficos y religiosos, que parten de la aceptación de supuestos que sustentan su desarrollo argumentativo. Así, cada uno de nosotros y todos los seres humanos al pensar utilizamos recursos provenientes de la vivencia cotidiana, además elementos producto del estudio científico, otros que son el resultado de la lectura de doctrinas; y, también reflexiones metafísicas, aparte de una infinidad de factores que se encuentran en los campos de la biología y de lo socio-emocional, individual y colectivamente.

Transhumanismo

  Por: Juan Morales Ordóñez -

Los escenarios sociales y sus circunstancias llevan siempre en sí mismos luchas y debates. Analizo dos de ellos que se encuentran en las antípodas: la pobreza asociada a la dependencia y la bonanza relacionada con la producción y control de la ciencia y la tecnología.

El contexto de la pobreza, en gran parte, está definido por características sociales como el rechazo a quienes forman parte de ella, abandono político, falta de educación, precariedad sanitaria, deterioro de las relaciones humanas, sufrimiento material y emocional que en muchos casos genera violencia, protesta, impotencia y dolor. El escenario científico y tecnológico está caracterizado, en gran medida, por formas de vida relacionadas con la investigación y aplicación tecnológica de los conocimientos científicos, la producción de dispositivos para la vida social, el mejoramiento material de las condiciones de vida, el deterioro implacable del planeta y el mercado-consumo. Evidenciando así las diferencias entre grupos sociales que producen y venden ciencia y tecnología, con los que solo las consumen.

Etiquetas

  Por: Juan Morales Ordóñez -

En general nos pasa a muchos, que nos autodefinimos con diferentes nombres que pueden ser solamente etiquetas porque nuestros actos no guardan coherencia con sus significados. Nos llamamos demócratas, pero no respetamos el estado de derecho por diferentes razones siempre personales; manejamos el concepto de igualdad de los seres humanos, pero nos consideramos superiores a otros por conocimientos, recursos económicos, ascendencia o cualquier otra circunstancia; o nos calificamos como obsecuentes defensores de la ética, pero nuestras acciones reflejan lo contrario. Todas denominaciones, que por esas razones son solo eso, membretes o etiquetas.

Voluntad aplicada y entorno

  Por: Juan Morales Ordóñez -

“Busca tus sueños”, “esfuérzate”, “da lo mejor de ti mismo”, “haz todo lo posible y aún más”. Son algunas de las frases que se encuentran en todas las culturas a modo de exhortos para la consecución de las aspiraciones de la gente, de las nuestras, de los otros, de todos. Tienen mucho de verdad y son axiomas, pero obviamente, nunca son suficientes por sí mismos, como nada lo es, pues siempre en cada momento confluyen una serie de elementos que están más allá de lo que puede resolver cada individuo. Sin embargo, la voluntad aplicada para conseguir el logro anhelado es parte insoslayable de lo que se precisa para llegar adonde se quiere, voluntad que puede ver afectado su poder de impacto si el individuo pierde ese enfoque y entra con vehemencia al análisis de lo que no está bien o puede ser mejor en su entorno. Claro que los responsables del mismo –del contexto social y organizacional– deben aplicarse a fondo para que sus objetivos específicos de gestión de un ambiente adecuado para los otros se concreten. Las metas de los unos son logros individuales y las de los otros construir y gestionar escenarios sociales que les permitan a los primeros alcanzarlas.

Aberraciones e incivilidades

  Por: Juan Morales Ordóñez -

Para muchos intelectuales, el reconocimiento de una palabra que identifique a una de sus ideas es una realización personal. La profesora española y filósofa Adela Cortina en sus múltiples intervenciones presenciales y telemáticas, que se encuentran también grabadas, explica la satisfacción que representó para ella que la Real Academia Española de la Lengua haya incorporado uno de los términos que acuñó para referirse a una circunstancia en especial, el rechazo a la pobreza o aporofobia, definida con precisión por el diccionario –que valida el aporte de la profesora– como fobia a las personas pobres o desfavorecidas. También Cortina, amiga del Ecuador y que ha estado con nosotros en múltiples ocasiones y volverá en los próximos meses, manifiesta que no ha corrido con la misma suerte otra de las palabras que dan cuenta de sus ideas, la de “bienser”, concepto que permite el análisis del criterio del bienestar y criticándolo, lo complementa.