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Artículos de opinión

El ‘producto’, atroz eufemismo

  Por: Juan Morales Ordóñez -
Ser humano. Vida. Principios. Valores. Aborto. Violación. Ponderación. Ciencia. Religión. Cultura. Modernidad. Tradición. Acuerdos. Desacuerdos. Violencia. Derecho. Convivencia… Son algunas de las categorías culturales que se relacionan con el debate nacional sobre el aborto. Cada una de ellas es en sí misma objeto de reflexión permanente que se da siempre a la luz de las cambiantes circunstancias. El diálogo sobre esos conceptos nunca termina. Permanece abierto a la argumentación de la gente. Sin embargo, el debate –sin que se cierre– llega a un momento institucional, el jurídico, que es una categoría normativa protegida para que se la respete y acate. El desacuerdo puede mantenerse y quienes no se sienten representados por la nueva institucionalidad pueden continuar con su lucha para que sus puntos de vista sean reconocidos. Es posible que la controversia se la viva desde el respeto al criterio de los otros o también desde el ataque inmisericorde a quienes no piensan igual. Entre nosotros, la lucha social se caracteriza por el insulto, la violencia y la descalificación de los que tienen criterios diferentes.

Avanzar, detenerse o retroceder

  Por: Juan Morales Ordóñez -

Avanzar a cualquier precio es para muchos una exigencia casi moral y en ciertos casos una muestra del ejercicio de las mejores cualidades individuales y grupales. La consideración positiva de esta conducta está conectada con características de la personalidad como la decisión, energía para sortear obstáculos o disciplina para transitar procesos y cumplirlos cabalmente pese a los impedimentos consustanciales a toda acción y propósito. No rendirse y avanzar son actitudes inculcadas culturalmente y representan el tesón humano para la construcción tanto de lo positivo como de lo que no lo es.

‘Mejor reforesten Europa’

  Por: Juan Morales Ordóñez -
Fue la respuesta del gobierno de Bolsonaro a la oferta del Grupo de los Siete de destinar veinte millones de dólares para controlar los incendios en la Amazonía. También los sudamericanos exhortaron directamente al presidente francés, para que se preocupe de su propia casa, de sus colonias y concretamente de la Guyana Francesa, limítrofe con la selva brasileña. Es que las principales economías industrializadas, entre las cuales están la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, China, Japón y otras –según lo sostiene un informe publicado por Greenpeace– son corresponsables de un tercio de la deforestación global por ser los más grandes mercados de consumo de carne, productos lácteos y biocombustibles que requieren para su producción de grandes extensiones de tierra. Además, en estos países como en todos, cada vez hay más carreteras y ciudades y en consecuencia menos bosques.

Realismo democrático en Ecuador

  Por: Juan Morales Ordóñez -
En columnas anteriores he abordado el tema de las teorías que explican el funcionamiento de los sistemas de administración de justicia, con la intención de describir fidedignamente su funcionamiento práctico sin recurrir a doctrinas que los justifican teóricamente. Es el realismo jurídico. ¿Es posible aplicar este enfoque a la democracia? Sí. La clasificación tradicional sobre las formas de gobierno propone que existen tres: monarquía, aristocracia y democracia, definiendo a cada una de ellas con sus elementos específicos que las identifican y que son, conceptualmente, consustanciales a su funcionamiento. Sin embargo, al igual que cualquier construcción teórica, en el caso de las formas de gobierno, no siempre la actividad social es coherente con sus definiciones. Se trata entonces de pretensiones intelectualmente válidas para adaptar la realidad al modelo propuesto, en este caso, concebido para la adecuada convivencia social y política.

Cada vez más lejos de las utopías

  Por: Juan Morales Ordóñez -
“Empresarios ecuatorianos dicen que en el país se paga un ‘peaje’ de 23,7% para obtener contratos”. “Extranjeros se enfrentaron con cuchillos y piedras en las calles de Baños”. “Delincuentes entran y salen de centros carcelarios”. “Solo en julio, Groenlandia perdió 197.000 millones de toneladas de hielo por altas temperaturas”. “261.767 personas perdieron su empleo adecuado en el último año, según el INEC”. “En el Hospital Carlos Andrade Marín hallaron USD 7 millones en medicinas caducadas”. “Alumnos ecuatorianos reprueban 3 asignaturas”. Estos son algunos titulares de la actualidad que se publican en el país: corrupción pública y privada, violencia social y carcelaria, deterioro vertiginoso del medioambiente, corrupción en el sistema de salud y precarios niveles en la educación nacional. Sin embargo, el interés de gran parte de los activistas no está en estos problemas… ¡ni por asomo! No los abordan porque sus prioridades son otras y en consecuencia lo es su visión del mundo. También porque no son redituables a nivel mediático. Es tan cansino tratar el deterioro económico de la gente, el dolor de su precariedad o lo incierto del futuro de la humanidad. Es mejor y seguramente correcto para ellos que sus preocupaciones se dirijan a lograr que reivindicaciones individuales relacionadas con la satisfacción de impulsos de la condición humana, tradicionalmente conculcados por formas culturales restrictivas, sean aceptadas social y legalmente.

Hemos perdido el control

  Por: Juan Morales Ordóñez -

Recurrentemente, quienes analizan la realidad contemporánea global sostienen que es una época en la cual la previsibilidad de los acontecimientos es compleja y que, en el mejor de los casos, podría proyectarse a los próximos cinco o diez años. Algunos, inclusive, piensan que esos periodos son demasiado amplios porque la incertidumbre es una de las constantes de la realidad actual. No podemos saber cómo será el mundo en el futuro y si es que esbozamos alguna previsión, en la mayoría de los casos, sería negativa por los graves daños causados por comportamientos egoístas que florecen en un escenario de acelerada destrucción del planeta. Hemos perdido, como humanidad, el control sobre nuestro presente y futuro en la Tierra.