“Todos reconocemos – observó el Cardenal Parolin – la importancia de los bosques para el mundo entero y también para el futuro de la humanidad: son el recurso renovable más fiable del mundo y son esenciales para el desarrollo humano integral”. Pero, “en tiempos de creciente urbanización – señaló el Purpurado – su irremplazable importancia se da a menudo por sobre entendida y subestimada”. De ahí la importancia crucial de educar a las personas para que consideren los bosques no sólo como un recurso a explotar, sino también como un santuario a cultivar y a renovar constantemente”. Esta tarea de protección es tanto más rigurosa cuanto que, ha advertido el Secretario de Estado, ante la rápida destrucción de los bosques con “la pérdida de especies y de equilibrios vitales, que podrían alterar todo el ecosistema”.