Noticias
Vivimos en un planeta que tiene apenas un 2,5% de agua dulce y casi el 70% de ella está congelada en los polos. Un agua que es fundamental para la vida no marina y que, cuando escasea, se convierte en el bien más preciado para la supervivencia. Así lo entienden infinidad de comunidades en todo el mundo donde sus líderes y lideresas batallan por evitar un expolio de muchas décadas que hoy se ve agravado por los cambios generados por una economía global y un calentamiento climático generado por ese mismo sistema.
Compartir: